BERTROL

viernes, 31 de enero de 2014

CAPÍTULO QUINCEAVO. LA BODA Y LA VIRGEN

En la ciudad de pisa, ciudad bien cabecera
que en puerto de mar yace, rica de gran manera,
un canónigo había de muy buena alcavera:
llamaban San Casiano donde él canónigo era.

Como lo hicieron otros de que arriba contamos,
que de Santa María fueron los capellanos,
éste la amaba mucho más que muchos cristianos,
y le hacía servicio con sus pies y sus manos.

No usaba en ese tiempo aún la clerecía
recitarte las horas, a ti, Virgo María,
pero él las decía siempre, a cada día,
de ello tenía la Virgen gran sabor y alegría.

Sus parientes tenían este hijo señero;
cuando ellos finasen sería buen heredero:
dejábanle de mueble asaz rico cillero,
que tenían casamiento bastante deseadero.

Cuando el padre y la madre fueron ambos finados,
vinieron los parientes tristes y desolados:
decíanle que casara y tuviera hijos criados,
que no quedasen yermos lugares tan preciados

Cambióse de propósito, dejó el que antes tenía,
cedió a la ley del siglo, y dijo que lo haría.
Buscáronle la esposa tal cual le convenía,
y fijaron el día que las bodas haría.

Cuando llegó el día de las bodas correr
iba con sus parientes a buscar su mujer;
ahora a la Gloriosa no podía atender
como bien lo solía en otro tiempo hacer.

Yendo por el camino a cumplir su concierto
se acordó de la Virgen a quien hacía este tuerto;
se tuvo por errado y se tuvo por muerto,
y pensó que esta cosa llegaría a mal puerto.

Pensando en esta cosa de corazón cambiado,
encontró una iglesia, lugar a Dios sagrado;
dejó las otras gentes fuera del portegado
y entro a hacer oración el novio refrescado.

Entróse de la iglesia al último rincón,
inclinó sus hinojos, hacia su oración,
vino a él la Gloriosa plena de bendición,
y como con gran saña díjole esta razón:

"Don bobo, desgraciado, torpe y enloquecido,
¿en qué ruidos te andas, y en qué cosa has caído?
pareces herbolado que has las hierbas bebido
y que eres del báculo de San Martín tañido.

Asaz eras barón bien casado conmigo,
yo mucho te quiería como a buen amigo;
pero tú andas buscando mejor que pan de trigo:
no valdrás más, por eso, de cuanto vale un higo.

Si tú a mí me quisieras creer bien y escuchar ,
de la vida primera no te  habrias de apartar,
y no me dejarías para otra tomar:
si no , la leña a cuestas la tendrás que llevar."

Salióse de la iglesia ese novio maestrado;
todos se querellaban porque había tardado
Siguieron adelante a concluir su mandado
y fue todo el negocio aína recabado.

Hicieron ricas bodas, la esposa ya ganada
- sería gran afrenta a fuera desdeñada-
Con este novio estaba la novia bien pagada,
pero ella no entendía do yacía la celada.

Supo encubrirse bien el sesudo varón.
la lengua purida le guardó el corazó.
Reina y divertíase, como era de razón,
pero lo había abrasado por dentro la visión.

Tuvieron ricas bodas y muy gran alegría,
como nunca mayor tuvieron en un día.
Pero écho la remanga por ahí Santa María,
y aunque en sequero, hizo una gran pesquería.

Cuando vino a la noche la hora de reposar,
hicieron a los novio lecho en que descansar;
antes de que pudieron ningún solaz tomar,
los brazos de la novia no tenían qué apretar.

Saliséle de manos, huyséle el marido,
nunca saber pudieron a dónde hubo caído;
súpolo la Gloriosa tener bien escondiedo
y no consintió Ella que fuese corrompido.

Dejó mujer hermosa y muy gran posesión,
lo que harían bien pocos de los que ahora son:
nunca saber pudieron ádonde cayo o non:
quien por Dios tanto hace, tenga Su bendición.

Creemos y pensamos que este buen barón
buscó algún buen lugar de grande religión
y estuvo allí escondido, viviendo en oración,
por donde ganó su alma de Dios buen galardón.

Bien debemos creer que la Madre Gloriosa,
por quien hizo este hombre esta tamaña cosa,
no sabría olvidarlo, siendo como es piadosa,
y bien lo haría posar allá donde Ella posa.









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